Living Camboya estrena Le Punk, último adelanto previo a la salida de su nuevo álbum, editado por Wild Punk Records.

Al igual que en temas del primer largo (véase “Bonzo” o “Me bajo de la vida”), “Le Punk” es una de las canciones más representativas del indieFunk con anfetas que tanto gusta de los malagueños. Quizás un poco más refinada que de costumbre, “Le Punk” funciona desde el primer momento gracias a una base rítmica de bajo y batería que se muestra ágil, a la que se suman una guitarra que juega con los espacios y una melodía vocal que colorea con descaro las estrofas, llevándola en volandas hasta la explosión de saturación y energía del chorus.

¿A quién no le apetece cruzar un par de líneas más? “Le Punk” es un acto rebelde, una alternativa al camino preestablecido. Es punk, pero es funk. Es lo de siempre, pero diferente. Tan alejado de los movimientos musicales actuales que cobra su propia personalidad, por otra parte, algo habitual si hablamos de Living Camboya, quienes empezaron la andadura de su próximo disco con un rock de corte setentero, siguieron con una indescriptible ida de olla y nos deleitaron con un indie profundo y delicado antes de volver a su raíz compositiva más reconocible.

Y qué hay más rebelde que un pequeñajo haciendo caso omiso y lanzándose a la piscina cual estrella de grunge. La improvisada imagen, con ciertas reminiscencias a aquella mítica de Nirvana, da portada al single de forma brillante. Tanto que podría haber sido la del álbum.

En un panorama saturado de fórmulas repetitivas, "Le Punk" nos regala una bocanada de aire fresco que resalta por su autenticidad. Si este es solo el inicio, no cabe duda de que lo mejor está por venir.